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10 puntos clave que no debes descuidar en los frenos de tu moto

Parte de ser un buen motociclista es mantener la máquina en buenas condiciones. Los frenos son parte fundamental en el mantenimiento de tu motocicleta. Aprende a monitorearlos.

10 puntos clave que no debes descuidar en los frenos de tu moto

No es ningún secreto que las ventas de motocicletas se han ido a las nubes por todo el mundo. Las grandes ciudades ya no son el único hábitat de las dos ruedas como opción de movilidad. Cada vez es más común verlas en pequeños poblados, comunidades, costa, montañas, y todo tipo de orografías. No es para menos, las personas sencillamente tenemos que movilizarnos para vivir.

La motocicleta, necesidad y ocio con responsabilidad

Si bien muchos motoristas emplean su moto para trasladarse cotidianamente y/o disfrutar la carretera los fines de semana, otros tantos -la mayoría- se ha involucrado con la motocicleta por mera necesidad de movilidad. En ambos casos, la exigencia, así como la necesidad de seguridad y responsabilidad es absolutamente la misma; desde el uso debido del equipo personal, hasta el buen mantenimiento de la moto, pues tanto uno como el otro marcarán la diferencia entre rodar seguro o no, salir lo mejor librado de algún percance e incluso, la vida o la muerte.

No todo es acelerar

Pocas sensaciones se comparan con la que otorga una motocicleta acelerando, pero es indudable que en algún momento determinado habrá que parar; es ahí donde el buen estado de un sistema vital en la motocicleta es de suma importancia: los frenos. Sabemos que existe una gran variedad de sistemas de acuerdo al tipo de motocicleta, sin embargo, el principio es el mismo, sobre todo en los componentes mecánicos, lo que en el argot conocemos como “fierros”, y si debo darte un primer consejo es el siguiente: los fierros no tienen palabra, hay que estar preparados para cualquier eventualidad, así que comencemos.

1. Revisa el estado general de los componentes: caliper, líneas, cilindros, balatas, discos. Si es preciso, manipula las piezas en busca de desperfectos, piezas o tornillos sueltos. De ser necesario, ajusta o lleva tu moto con un especialista.

2. Sensores ABS: Verifica que tanto el componente como su arnés esté en su lugar. Una descompostura ocasiona malas lecturas y frenadas. En casos más graves, se puede llegar a dañar todo el sistema, incrementando seriamente el valor de reparación.

3. Los discos: Sin importar que estos sean sólidos o flotantes, pueden llegar a deteriorarse con el tiempo. La época de lluvias es la peor para ellos; baches y el continuo paso por caminos dañados pueden fisurarlos, torcerlos e incluso romperlos.

4. Cálipers: Nunca pierdas de vista su estado general, este componente se encarga de ejercer mucha fuerza de frenado. Si se encuentra flojo o dañado, puede incluso romper las balatas, teniendo como consecuencia una frenada irregular, totalmente insegura.

5. Cilindro o bomba de freno: Este componente es vital en el sistema, sus daños más comunes se deben al roce continuo con la bota del motorista o pasajero, sobre todo cuando no tiene protección. Las caídas también pueden perjudicarlo, así como el mal mantenimiento, sobre todo cuando se usa un líquido de frenos equivocado. Verifica que siempre tenga la misma fuerza de frenado y procura no “molestarlo” con la bota. En su defecto trata de instalar un protector especial, vale la pena.

6. Las balatas: Este componente, junto con los discos, es uno de los últimos eslabones del sistema y quizás el de mayor degradación. Verifica que su grosor sea el indicado y siempre haga contacto regular con el disco. Nunca debes usar una balata “reconstruida”, gastarás doble y te pondrás en riesgo. Dependiendo del sistema de frenos que emplee tu moto (doble disco adelante, disco sencillo, etc.), será el número de balatas que deberás cambiar.

7. Depósito de líquido trasero: En caso de contar con él, debes verificar que tanto el llenado como la calidad del líquido de frenos sean óptimos. El líquido de frenos debe presentar una tonalidad alcalina o semi-ámbar; café o negro indica que hay que cambiarlo. Por lo regular se encuentran instalados entre el chasis de la moto, bien protegidos, pero ponerle un protector no está por demás.

8. Depósito de líquido delantero: Se encuentra instalado en el manillar de lado derecho, arriba de la maneta del freno delantero. Es una zona muy vulnerable al robo o daño en la motocicleta, por lo que recomiendo instalar un protector especial. En cuanto al llenado y calidad del líquido de frenos, el principio del punto anterior también aplica para este.

9. Líneas de freno, chicotes y palanca: Periódicamente asegúrate de que todo está en su lugar, sobre todo las líneas que corren entre el chasis, basculante, o entre la suspensión. Los componentes sueltos en una motocicleta son potencialmente peligrosos. En el caso de la maneta del freno delantero y pedal para el trasero, revisa que siempre estén bien sujetos y armados; también son elementos de mucho desgaste, por lo que pueden aflojarse con el uso.

10. Testigo ABS: Si tu moto cuenta con sistema ABS, verifica que al encenderla el testigo indique que el sistema está activo. Si no prende o se queda encendido, es señal de que algo anda mal. En todo caso, el sistema no estará trabajando al 100% y requiere revisión especializada.

Fomentemos el motociclismo responsable con buen el manejo y cuidado de nuestra motocicleta. ¡A rodar!

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