El 17 de mayo pasado, Mercedes-Benz apuntó otro logro a su enorme listado de primicias mundiales cuando hablamos de tecnología. La marca con sede en Stuttgart fue la primera en el mundo en conseguir autorización para vender un vehículo con nivel de autonomía número tres, es decir, una etapa de manejo autónomo en la que el auto es capaz de controlarse sin ninguna ayuda de parte del conductor, aunque esto solo se pueda dar en algunas arterias y bajo determinadas circunstancias, que en el caso del Clase S y del EQS, significa que debajo de los 60 kilómetros por hora, el piloto puede encargarse de otras tareas como mandar un mensaje por celular, por ejemplo, mientras el coche se encarga de frenar, acelerar y hacer curvas. Es una victoria en un terreno donde la estadounidense Tesla no le hubiera gustado perder, pero ni modo, en este caso y en este momento, los alemanes les ganaron. El auto que se conduce solo está ahora más cerca de la realidad.
Hay seis niveles de conducción autónoma en los autos, como es aceptado internacionalmente. Al nivel cero pertenece un auto que depende de un conductor humano, pero puede tener ayudas como frenado automático de emergencia o alerta de colisión inminente. En el nivel 1 ya se encuentran los que tienen control de crucero adaptativo o asistencia de mantenimiento de carril. Es en el nivel 2 donde se encuentran la mayoría de los sistemas más avanzados de hoy en día, uno en el que el coche puede acelerar, frenar y hacer curvas no muy pronunciadas, pero requiere total atención de parte del piloto, de hecho, cuenta con sistema de monitoreo del chofer, para medir el grado de atención de parte de éste. Aquí se encuentran autos como el Tesla Model S y y su famoso Auto Pilot, bien como la Cadillac Escalade con el Super Cruise, Ford con el BlueCruise o Nissan con el Pro Pilot. Todos los autos en este nivel aún requieren que el piloto al menos toque eventualmente el volante, pero algunos, como un BMW i4, por ejemplo, ya son capaces de cambiar solos de carril y rebasar, si el piloto da la orden al poner las direccionales.
Nuestra inhabilidad de manejar
Los Mercedes S y EQS ya empezaron a ser vendidos con su Drive Pilot -un equipo opcional que cuesta más de cinco mil dólares- en Alemania y la marca germana espera obtener la certificación de California y Nevada para vender sus autos con el sistema en esos estados. BMW espera lo mismo para su nuevo Serie 7 y, claro, Tesla también está formada en la misma fila.
En realidad el nivel 3 de manejo autónomo es un gran paso hacia el futuro, ya no pide que el piloto toque el volante, pero aún exige su atención. Los límites de velocidad para su utilización están hechos para que la gente pueda transformar en tiempo productivo -o relajado- el que hoy es perdido en los atascos en autopistas. Pero el verdadero manejo autónomo vendrá con el nivel cuatro, cuando el piloto humano solo será necesario en condiciones muy específicas, sin cobertura de GPS ni rayas pintadas en el asfalto, por ejemplo. En el nivel cinco los vehículos dejarán de necesitar volante y pedales de freno y acelerador, solo habrá que decirle el destino y él te llevará, sin importar el terreno.
Será un parteaguas importantísimo en la historia del automóvil y de la humanidad. El concepto de propiedad del vehículo como hoy lo conocemos debe desaparecer. Como los autos se comunicarán entre ellos ya no será necesario guardar tanta distancia como hoy. Tampoco los semáforos serán útiles. En ese momento, los embotellamientos serán cosa del pasado, al igual que los estacionamientos y las cocheras. Los humanos tendremos más espacio para nosotros y qué bueno, porque se acabarán las muertes por accidentes viales, causados en la gran mayoría por nuestra incapacidad de obedecer las leyes y dejar fuera del volante sentimientos como el enojo o la ansiedad.
No creo que me toque ver esto, porque no será sólo necesario que todos los autos tengan esa tecnología -y reemplazar los existentes no será simple ni barato- sino que las legislaciones estén preparadas para aceptar un mundo distinto al que hemos tenido en los últimos 130 años. Pero Alemania y Mercedes-Benz dieron ese importante paso el mes pasado, que nos pone un poco más lejos del mando de un automóvil. Y esto, curiosamente, es una gran noticia.