Uno de los deportivos pura sangre más emblemáticos del mundo se mete de lleno a las nuevas tecnologías tratando de dejar los grandes bloques V8 e inclinarse por las mecánicas eléctricas pero esta vez utilizando al sol para recargarse.
Los fabricantes suecos de Koenigsegg se aliaron con la empresa NLV Solar AG para la creación de este modelo conceptual que es una maravilla tecnológica pero alejada de la vida diaria por mucho. Como podemos observar en el diseño toda la parte superior es de paneles solares los cuales pueden cargar las baterías cuantas veces sea necesario sin que se degraden.
Aunque no ofrecen mucha información tangible, la armadora asegura que las baterías tendrán un peso de 450 kilos y se podrá recargar plenamente en 20 minutos, cosa que suena muy extraña si no dicen gracias a ¿qué? puede ser esta recarga, por toma de corriente o por el sol. La autonomía según dice la marca es de 500 km.
El punto tecnológico que plantea Koenigsegg es muy interesante ya que además de las placas solares superiores, la carrocería estará equipada con placas de células fotovoltaicas que mantendrán cargando en todo momento las pilas. Además como en modelos ya existentes contará con frenada regenerativa que alimentará dichas pilas y mandará la fuerza a las llantas traseras.
Hablando de potencia, esta es de 512 caballos y un torque que logra la Cayenne diesel de 715 Nm. Con estas cifras puede llegar hasta los 100 km/hr en apenas 5.2 segundos y una máxima de 275 km/hr.
Koenigsegg informa que este proyecto no sólo es un ejercicio de diseño y presunción de tecnología sino que será llevado a las líneas de producción, aunque deberán solventar muchos problemas como lo es la tecnología de paneles solares, su peso de 1780 kilos es excesivo para una unidad fabricada en gran parte con fibra de carbono y aluminio.
Lo extraño es que Tesla, Fisker y ahora Koenigsegg están lanzando súper deportivos eléctricos mientras que en la industria en general todavía no existe nada, un Volt de Chevrolet se vislumbra en el horizonte pero acaso es lo único que tendremos o seguimos dependiendo de lo que digan las petroleras aunque después ni ellos tengan planeta donde vivir.
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