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Prueba de Manejo

Alfa Romeo 4C a prueba

Directo, impráctico y exótico, un super deportivo en serio

Alfa Romeo 4C a prueba

Antecedentes

El Alfa Romeo 4C debutó a manera de concepto en el Auto Show de Ginebra de 2011 y la recepción fue tan positiva, que la marca se vio obligada a fabricarlo, por lo que dos años más tarde en el mismo Auto Show se presentó la versión de producción del atractivo modelo.

Con un diseño increíblemente bello, motor turbo en posición central trasversal, utilización de materiales exóticos como aluminio o fibra de carbono y un interior minimalista, no queda duda de que en el papel, el Alfa Romeo 4C es un super auto en toda la extensión de la palabra.

Precio: Alfa Romeo 4C Competizione $1,325,000 pesos.

Características técnicas y mecánicas

El motor es un cuatro cilindros de 1,750 cc turbo con intercooler que entrega 237 hp a 6,000 rpm y 258 lb-pie entre 2 mil y 4,250 vueltas, este poder es gestionado por una transmisión de doble clutch y siete velocidades que envía la potencia al eje posterior.

Si bien 237 caballos podría sonar a poco, el Alfa Romeo 4C se vale de un chasis que en la parte central, es decir el habitáculo está fabricado en fibra de carbono, mientras que tanto el frente como el espacio donde se aloja el motor y la parte trasera son de aluminio. Esto significa que detiene la báscula en la frontera de los mil kilos, 1,050 para ser exactos. Con lo cual ofrece una relación peso potencia de 4.4 kilos por caballo de fuerza.

Las dimensiones, salvo el ancho que es de 2 metros son bastante contenidas, el Alfa 4C mide 4 metros y apenas 1,18 metros de alto.

La dirección carece de asistencia, por lo que la comunicación entre camino, suspensión y volante es completamente fidedigna.

Por su parte, la geometría de las suspensiones es de triángulos superpuestos lo que garantiza un comportamiento impecable, mientras que el sistema de frenos firmado por Brembo es una garantía de que nos podremos detener con la misma intensidad con la que es capaz de acelerar.

Interior

El habitáculo del Alfa Romeo 4C es verdaderamente espartano, por no decir austero. No ofrece nada más allá de lo necesario.

Algunos plásticos incluso podrían ser mejores, sobre todo los mandos del aire acondicionado y los que se encuentran en la columna de la dirección.  Lo que sí hay que reconocer es que los asientos deportivos son espectaculares, aunque no muy cómodos. Asimismo, el estribo que deja ver la fibra de carbono del chasis le confiere una atmósfera sumamente exótica a la cabina.

Destaca la pantalla central a color en donde se despliega toda la información necesaria, desde la velocidad, rpm, nivel del tanque de combustible o programa de manejo seleccionado, etc.

Un punto que es importante destacar es que el radio luce completamente aftermarket, un detalle que demerita bastante la apariencia del interior del 4C. Siendo un vehículo ciento por ciento orientado al manejo y las sensaciones lo mejor incluso hubiera sido que no ofreciera radio.

 

Manejo

Tras el volante, el Alfa Romeo 4C demuestra que su potencia es más que suficiente para ofrecer un desempeño muy serio, el 0 – 100 km/h se consigue en apenas 4.1 segundos y en términos de aceleraciones y recuperaciones ofrece un desempeño adhoc con su atractivo diseño, sin embargo eso no es lo verdaderamente importante.

Aquí lo interesante es lo ágil, directo, neutral y divertido que es, es como un Go Kart gigante que transmite todo con tal intensidad como si se tratara de un nervio expuesto. La dirección es precisa, rápida y nos deja saber absolutamente todo lo que sucede entre la comunicación del auto y el camino, la realidad es que tenía mucho tiempo que no probábamos un auto sin asistencia en la dirección y aunque ciertamente a bajas velocidades o en zonas de muchas curvas demanda algo más de esfuerzo por parte del conductor, lo cierto es que resulta sumamente gratificante. Por su parte, el sonido es bastante más grave y agradable de lo que cabría esperar en un 4 cilindros turbo, lo que mezclado con esas explosiones típicas de la fusión del funcionamiento entre la válvula de alivio del turbo y el cambio de la caja generan un sonido adictivo.

Los caminos sinuosos y llenos de curvas son el hábitat natural del 4C, aquí toda la impracticidad para subir o bajar, lo poco refinado que es con pavimentos en mal estado o la escaza capacidad de carga se olvidan por completo. Nuevamente, lo que más sorprende es lo noble y predecible que resulta, es mucho más directo y comunicativo que un Cayman, con todo lo bueno y lo malo que ello implica. Quizá tendríamos que ir a un GT4 para tener algo similar (en términos de comunicación).

El control DNA que ya conocíamos en el Giulietta está presente, con las ya conocidas posiciones de funcionamiento D (Dynamic) en el que permite un manejo más deportivo, con cambios hasta un 25% más rápidos y la posibilidad de que el ESP entre en acción luego de permitir un poco de derrape.

En el modo N (Natural) el 4C se puede manejar cómodamente, los cambios se efectúan a bajo régimen y el diferencial trabaja de manera suave y solo se activa en caso de que alguna de las ruedas traseras pierda adherencia. Si estamos en modo manual, al llegar al límite de revoluciones el cambio ascendente entra en automático, lo mismo hacia abajo si permitimos que el régimen baje de las 1,000 vueltas.

La A quiere decir All Weather, se debe activar cuando tenemos condiciones climáticas adversas o una superficie muy resbaladiza. Aquí la electrónica es bastante intrusiva con la intención de evitar acualquier percance.

Sin embargo lo más interesante es que el 4C incorpora un cuarto modo de manejo denominado Alfa Race, que se activa manteniendo presionado en la posición Dynamic por unos segundos. Este programa está concebido para el manejo en pista, aquí la electrónica prácticamente se desactiva por completo delegando todo el control al piloto y el diferencial activo Q2 permanece activo para maximizar la velocidad al salir de las curvas.

Conclusión

El Alfa Romeo 4C es uno de los vehículos más atractivos que se han concebido en los últimos tiempos, es además una prueba fehaciente de que menos es más. Y es que al escuchar datos como un motor 1.75 litros de cuatro cilindros o una potencia de 237 hp, difícilmente nos podríamos imaginar que se trata de un súper deportivo exótico, sin embargo lo es y en toda la extensión de la palabra. Es impráctico, duro e incómodo, pero tremendamente efectivo al momento de sacar una sonrisa del piloto.

Es costoso, si y mucho, también es cierto que en este rango de precios hay un montón de opciones de autos deportivos, sin embargo ninguno tendrá ese carácter y dramatismo que tiene el 4C y es que no se trata de un deportivo a secas, sino de un super auto, y desde ese punto de vista es el más accesible que se puede comprar.

 

Alfa Romeo 4C a prueba

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