Este año en nuestro especial de Lo Mejor de 2013, nos volamos la barda juntando modelos realmente exóticos como este sedán de ultra lujo, autos de carreras con amplio pedigree, otros sumamente deportivos, exclusivas a nivel Latinoamérica, autos eléctricos de alta gama, etc. El resultado es espectacular y dentro de todo estos, sin duda el más exclusivo es éste, el Bentley New Flying Spur 2014, que dicho sea de paso, nadie más ha probado en México.
El Flying Spur perdió el apellido Continental –al igual que su símil coupé, el GT, cuando se presentó en el Autoshow de Ginebra de 2013. Ahora simplemente se le conoce como New Flying Spur. Llegó hace poco más de un mes a nuestro país y en dicha presentación pudimos apreciar que aunque está basado en la generación anterior del mismo, es un auto muy distinto y mejor solucionado en tema de diseño en la parte trasera (ahora luce mucho mejor integrada la cajuela que antes).
Mientras que el Bentley Mulsanne se mantiene como el buque insignia de la marca, el Flying Spur (ahorrémonos el New de ahora en adelante) será el sedán de “acceso” a la marca. Entrecomillamos ya que su precio empieza cerca de los $300,000 USD y puede terminar hasta donde guste el cliente ya que las opciones son bastante amplias, además de que está el servicio de personalización Mulliner en el que se puede hacer prácticamente lo que quiera el dueño (con su respectivo precio claro).
Si bien Bentley siempre será una marca que es fácil de reconocer, el anterior Flying Spur podía pasar por “discreto” hasta cierto punto, en el modelo 2014 definitivamente es imposible. Los rasgos al frente ahora son más afilados y la parte trasera nos recuerda al Mulsanne. Esté donde esté, tiene una presencia y porte inigualables que grita lujo a todo pulmón.
Si por fuera luce espectacular, una vez que abres la puerta de este sedán, la atención al detalle en el terminado, materiales y diseño te dejan boquiabierto. El olor de la piel se deja salir y como decíamos cuando estábamos en la pista todo el equipo, en verdad huele “caro”. Todo lo que puedes tocar en el interior está hecho para darte esa sensación de tener lo mejor posible y el ensamble (que mucho se hace a mano en la fábrica de Crew, Inglaterra) es prácticamente perfecto.
Al tener la forma sedán, significa que aunque el cliente podrá pasar alguna parte de su tiempo manejándolo (que por cierto es una delicia pero ya llegaremos a ese punto), sin duda pasará más tiempo atrás, dejándose consentir por los cómodos asientos y disfrutando del espacio para las piernas con el que cuenta el Flying Spur –que además se puede ampliar al controlar la posición del asiento del pasajero (adelante) desde el “del patrón”.
La vida en la parte trasera es muy relajante y la suspensión –regulable en altura y firmeza- se ocupa de que se mantenga así. Más de uno nos proyectamos leyendo el periódico camino al trabajo o simplemente viendo una película durante un viaje largo en las pantallas opcionales y el sistema de audio Naim (también opcional).
Sí, el Flying Spur está hecho para disfrutarse desde el asiento trasero, pero el sello característico de la marca es que además tenga cierto manejo deportivo y el slogan que en lo personal me parece perfecto para describirlo: “effortless power”. Bentley es el fabricante de motores de 12 cilindros más grande del mundo y aunque se han preocupado por hacer del motor W12 de 6.0L más eficiente, de todas formas entrega 616 Hp a 6,000 rpm y 590 Lb-pie de torque a 1,700 rpm. Se deshicieron de la transmisión automática de seis velocidades para sustituirla por la excelente y bien probada desarrollada por ZF de ocho relaciones.
El empuje del motor no es como el que pueda ofrecer un auto deportivo, agresivo y súbito, en cambio el W12 ofrece tanto torque que la entrega es progresiva y nunca parece terminar. No olvidemos que este Flying Spur pesa casi tres toneladas y que con la tracción integral y el motor, logra un tiempo de aceleración de 0 a 100 Km/h de 4.6seg y una velocidad máxima de 320 Km/h, números que son más comunes de ver en autos súper deportivos.
Para la suspensión se puede optar por hacerla más rígida o suave, pero a diferencia de otros autos en los que se hace mediante un modo de conducción, en el Bentley Flying Spur es regulable en muchos pasos para que realmente se adapte al gusto del cliente.
Probamos la suspensión en todos los pasos disponibles y mientras el modo más suave definitivamente lo dejaríamos sólo para ciudad, el más firme sí entrega un manejo más deportivo y que usaríamos para salir a carretera. La pista sin duda no es el mejor lugar para el Bentley, pero nos sirvió para realmente sentir el agarre del sistema de tracción integral (que manda más tracción al eje posterior que al delantero), los increíbles frenos (gigantes para detener este trasatlántico), la aceleración y respuesta del motor con la transmisión de ocho velocidades (misma que probamos hace un año en el GT V8).
Manejar este impresionante Bentley, que además ahora cuenta con más “juguetes” como el control remoto trasero desde el cual se controla absolutamente todo lo del auto y que es compatible con una app de Smartphone, ha sido una verdadera experiencia inigualable. La forma en la que entrega el poder, se maneja –no olvidemos que es una bestia de casi tres toneladas- y está terminado con los mejores materiales y atención al detalle son únicos de la marca. Desgraciadamente el precio lo pone lejos de cualquier sueño cercano posible –al menos que nos ganáramos la lotería, quizás también por esto es que disfrutamos tanto de manejar este exclusivo sedán de ultra lujo.