Hemos pasado un par de meses ya con nuestro Jetta Clásico, se ha convertido en el automóvil de uso diario y he de decir que si bien es cierto, la veterana mecánica de cuatro cilindros en línea con 2.0 litros de desplazamiento y unos tímidos 115hp es bastante ajustada, el desempeño es lo suficientemente bueno como para moverse sin mucho problema.
Mucho se ha hablado sobre la atrasada propuesta mecánica del Jetta de IV generación, su motorización entrega potencias que en estos tiempos fácilmente se pueden ver en exponentes de mucho menor cilindrada, como un 1,600cc por poner un ejemplo. Pero aún así, las ventas de este sedán que a estas alturas puede considerársele más mexicano que teutón siguen siendo bastante jugosas. Tanto así que este modelo que adoptará en breve el nombre de Clásico y seguirá comercializándose un par de años más, sobrevivirá al modelo que en los mercados norteamericano o europeo lo reemplazó (el Bora). El diseño si bien es cierto, ha recibido algunas actualizaciones también denota el paso de los años y otros detalles como el ruido de viento que se genera a altas velocidades por la holgura entre puertas y el poste B confirman que el Volkswagen Jetta Clásico es un producto desarrollado hace más de 10 años.
¿Entonces qué es lo que hace que el Jetta Clásico siga siendo una historia de éxito para Volkswagen de México?
En realidad al convivir con el auto por tiempo prolongado, esta pregunta se puede contestar con facilidad. El motor, si bien podría ser más potente, tampoco sufre al movilizar el auto, el torque es entregado a bajo régimen por lo que en arranques y subidas, el Jetta empuja mejor que muchos otros 1.6 con la misma potencia pero que entregan todo su poder en la parte alta del tacómetro. Asimismo el nivel de consumo de combustible es bastante decente mientras no se pase de las 4,000 vueltas y en combinación con el gigantesco tanque de 55 litros, las visitas a la gasolinería son poco frecuentes.
En el interior, el diseño sobrio del auto ha resultado favorable al paso de los años, es decir no luce antiguo, la ergonomía en términos generales es buena y aunque no es un auto lleno de gadgets, tiene justo lo necesario como aire acondicionado, radio con CD y entrada auxiliar que reproduce con calidad bastante aceptable, cristales y espejos eléctricos, además del quemacocos y los asientos forrados en piel sintética, estos dos últimos elementos perfectamente prescindibles, pero que no dejan de añadir estilo al conjunto. La calidad de materiales y cuidado en el ensamble no tiene queja alguna e incluso se puede decir que el Jetta está a la altura de muchos de sus competidores en ese aspecto.
Pero adicionalmente y con la buena cantidad de años que tiene el Jetta en el mercado, está montado sobre una plataforma bastante capaz desde el punto de vista de elementos de seguridad, en las versiones equipadas ofrece ABS y Bolsas de Aire, pero podría ofrecer otras tecnologías como el control de tracción claro el precio sería todavía más elevado.
Por último no hay que olvidar que en el Jetta hay atributos que el consumidor mexicano valora mucho, como la confiabilidad y buen valor de reventa. Por lo que, pese a ser un vehículo caro para el tiempo que tiene en el mercado, o no ofrecer la tecnología y sofisticación de otros rivales, el balance es bastante bueno.
Al final del día, la decisión radica en optar por un Jetta Clásico priorizando valores como confiabilidad, buena calidad de ensamble y elevado valor de reventa o inclinarnos por alguna otra opción del mercado que por los $240,856 nos ofrezca tecnología más eficiencia, modernidad y tecnología.