En anteriores comentarios ya hemos tocado las bondades del Jetta en la ciudad donde sobra decir que fue muy bueno y cómodo. Pero, ¿qué pasa con su comportamiento en la carretera? Y la respuesta también es muy alentadora.
Muchos usuarios de vehículos tienen que utilizar las carreteras para trasladarse a sus lugares de trabajo o simplemente para salidas de entretenimiento en nuestra República, por lo que buscan un auto cómodo, ahorrador en combustible y si se puede que sea rápido. El Jetta TDI vuelve a encajar en este perfil ya que su desempeño a velocidades constantes y recuperación también son buenos en carretera.
Desde las sinuosas carreteras federales a las largas autopistas el TDI se comportó de buena manera. Sobra hablar de la aceleración que deja atrás a muchos medianamente deportivos del mercado, por lo cual nos enfocaremos a la parte alta de las velocidades. La recuperación de las velocidades de tercera a quinta gracias al turbo es excelente, por lo que los rebases no serán problema.
Al interior con 5 adultos y equipaje moderado el auto se comportó de manera excelente debido a que el TDi es muy ligero y su suspensión muy suave lo que hace que pueda sentirse nervioso en el curveo, pero con el peso cambia la situación y el manejo se hace más preciso. Este punto es el único que cambiaría de la mecánica del Jetta TDI, la suspensión que si bien es suave y nos hace olvidar los baches por otro lado reduce la capacidad de maniobrar dinámicamente.
Aun con el peso de 5 pasajeros, los caminos sinuosos y pendientes no eran problema pero como se había comentado en entregas anteriores el motor diesel debe de mantenerse en altas revoluciones para su mejor aprovechamiento, un pequeño cambio de estilo de manejo pero no es nada del otro mundo. Los frenos al principio asumí que se fatigarían por el uso y peso pero esto no fue así, al final el Jetta sigue siendo un modelo "de batalla" al que se le otorgó una nueva arma, el corazón diesel.
Comentarios: ricardo@autocosmos.com
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