Con el correr de los días, Infiniti se va transformando cada vez más en una marca con mayores pretensiones en electromovilidad. Este movimiento, ha sido liderado por Tesla, con la fórmula de un modelo eléctrico que se puede comercializar hacia un segmento premium, donde la estrategia de precios y la ganancia que hacen las marcas sobre sus productos pueden amortizar en parte, los costos y desarrollos de un tren motriz eléctrico, al menos hasta que los costos bajen y podamos ver hatchbacks y crossovers generalistas electrificados con autonomías más cercanas a las que puede lograr un auto convencional. Así que esta tendencia de marcas premium asumiendo riesgos en electromovilidad, asociándolo a tecnología, ecología y otros valores, las veremos bastante más seguido de aquí en adelante.
Pero volvamos a Infiniti, quienes en Detroit nos anticiparon su futuro, en la forma del QX Inspiration Concept, un modelo que buscará ser algo como el i-Pace de Jaguar, pero con ADN japonés. Esto queda de manifiesto en su nuevo lenguaje de diseño, que hace eco del Q Inspiration Concept presentado el año pasado en este mismo salón. La limpieza y energía de un propulsor eléctrico se puede leer en su diseño, de formas musculares pero mesuradas, así como formas y cortes más orgánicos. Es como una versión más minimalista del estilo actual que lleva Infiniti en sus modelos actuales. Incluso, se ha citado al origami como influencia en el tratamiento de algunos pliegues. Como último detalle, vemos como la cabina cada vez toma más protagonismo en el volumen del auto, y esto se debe a que, en tiempos pasados, los autos de Infiniti presentaban sendos motores en una plataforma con tracción trasera, generando proporciones muy clásicas y agresivas, de cofre muy largo y cabinas muy retrasadas. Ahora, sin motores voluminosos en el frente, hay una proporción más neutral.
Su interior, es muy difícil que llegue tal cual a la producción, pero tiene algunos elementos interesantes de notar. La delicadeza en la artesanía japonesa y la suavidad de colores apelan a un concepto sutil, sensual y cálido. Se ha escogido una paleta de tonos en su iluminación y displays, que están inspirados en el verde del pasto primaveral (wakanae), el amarillo pálido de un huevo de gallina (torinoko), los rosados y rojos de un atardecer (akebono), así como un curioso morado, inspirado en las glicinias (shirafuji). Y si a esto le sumamos un techo terminado en cedro rojo japonés con nudos y granos expuestos y una consola de mármol blanco donde asoma un botón de la flor del ume, símbolo del concepto de hospitalidad (omotenashi). Más japonés, este auto no puede ser, pero es una bonita manera de acercar la electromovilidad con materiales que salgan de los cueros negros y paneles de madera y aluminio que nos tienen tan mal acostumbrados los fabricantes alemanes.
Este salón japonés con ruedas, también presenta algunas pantallas panorámicas que persiguen entregar un mundo de información, pero también de fácil acceso, con menos botones. Y, como señala Karim Habib, Director de Diseño en Infiniti, "hemos tomado ventaja de la arquitectura eléctrica para desarrollar un interior tipo lounge, con pisos planos y espacios vacíos entre la consola principal y la consola central. Así que al final, no estamos diseñando los objetos al interior del auto, sino que los espacios vacíos entre los objetos. Estamos usando este espacio para acentuar el diseño - dejas que el espacio vacío hable tanto -o más- que las formas y objetos que hay al interior", o sea minimalismo, pero con propósito.
En un futuro, toda la gama de Infiniti será electrificada, sean modelos híbridos o completamente eléctricos (y con rangos confiables de autonomía) y en este caso, también hay un guiño a lo que podría ser un sistema de tracción AWD con dos motores eléctricos en cada eje y las baterías en el suelo. Habrá que ver como se les da, porque el plan es muy ambicioso; tan ambicioso, que el mismo concepto no pudo llegar por sus propios medios a la tarima de presentación en Detroit. Pero con tanto esfuerzo que se ha puesto en este concepto, se los perdonamos.