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Prueba de Manejo

Buell 1125 CR 2009 a prueba

Atractiva, poderosa  y con una mirada de pocos amigos, así se presenta la 1125 CR, una moto que puede ser todo, menos introvertida

Buell 1125 CR 2009 a prueba

Buell es una empresa bajo el control de Harley Davidson desde principios de los 90´s, pero la empresa como tal ya existía desde 1985. Su fundador Erick Buell se graduó en 1979 como ingeniero, pero desde antes ya había trabajado como mecánico en carreras de Superbike de Estados Unidos. Aunado a conocer las motos en el taller también participó en dichas competencias a bordo de Ducati y Yamaha.

Erick estuvo presente en los talleres de Harley así como en desarrollos de los motores, el piloto desarrolló una moto denominada RR1000, una máquina muy rara de la que hablaremos posteriormente a detalle. El conocimiento recabado por Erick creo inconformismo con los estándares establecidos en la época por los fabricantes, por lo que sus desarrollos implementaban una serie de cambios algo extremos.

Este tipo de cambios se mantienen en el presente por lo que las motos Buell combinan lo mejor de los mundos de competencia con el sonido y espíritu Harley Davidson.

El desarrollo del motor Buell, parte de la base del motor de una Sporster pero en el presente se puede considerar algo totalmente distinto, aunque el sonido y el calor que emana hacen que se reconozca que es americana por donde se le vea.

El concepto de la 1125 CR es de Café Racer (de ahí sus siglas) que es una  serie de competencias popularizadas principalmente en Inglaterra en los lejanos años 50´s, que básicamente era personalizar las motos para que fuesen más rápidas y de mejor maniobrabilidad, con carenados inexistentes o con una inmensa burbuja frontal con fines de mejor aerodinámica.

Sin lugar a dudas lograban mejores tiempos con esas motos pero la comodidad se veía totalmente alterada por lo que eran casi exclusivas para la competencia.

En el presente la 1125CR saca estos elementos con una moto que si tuviera pensamiento y conciencia, seguramente tendría una muy mala actitud con esa mirada retadora y apariencia de insecto en la parte frontal. Visualmente puede confundirse con una deportiva pero basta con mirarla a detalle para ver una menor distancia entre ejes y una horquilla delantera menos proyectada hacia el frente.

Podríamos confundirla con una Naked (segmento de motos que usan poco o nada de carenado) pero su menor tamaño, configuración de suspensión, llantas y potencia de salida también la alejan de dichas unidades.

Por todos estos atributos anteriores nos encontramos con una creación extraña que a la hora de montarnos nos ofrece un manejo sobresaliente con un control de la misma casi intuitivo. Sin contar con los frenos perimetrales que al ser tan diferentes dudamos en primera instancia que funciones como los modelos tradicionales.

El manejo

La primera impresión al verla es que es gigante y pesada pero al subirnos nos sorprendemos por su ligereza (170 kg en vacío) y su reducida altura al piso (775mm desde el asiento). Acto seguido encontramos una extraña forma de acomodarnos  ya que el manillar nos queda algo lejos y aunque algunos digan que es muy bajo, es un hecho que algunas deportivas japonesas cuentan con el manubrio todavía más abajo.

La posición de las piernas es relajada, con los pedales de cambios y freno a una altura media que no nos cansará. Al quitar la pata de apoyo de la moto y acomodarnos en orden de marcha nos encontramos con una sensación de que nuestra cabeza va justo arriba de la llanta y de hecho desde el casco al ver el frente no se ve casi nada de la moto por lo que “manejamos con mirada“.

El motor Helicon V-Twin  logra con sus 1125 cc una potencia de 146 hp y otorga un torque de 111 Nm el cual es similar a un Smart o un Atos con la obvia diferencia del menor peso. Dicho par motor es realmente poderoso en la salida y para la recuperación de velocidad incluso en cuarta marcha donde seguiremos sintiendo el empuje, esto también gracias a su transmisión por banda a la rueda trasera.

La configuración de manejo luego que nos acostumbramos a la postura, resulta ser muy dinámica e incluso puede ser una moto citadina por su maniobrabilidad y baja altura, pero para ello debemos tener muy bien educadas las manos con el clutch y acelerador. Un punto que demerita su manejo a baja velocidad es la temperatura que logra y va directamente a nuestros muslos, para esto existen como equipamiento opcional deflectores de calor, por lo que recomendamos ampliamente que al comprarla se le pongan dichos aditamentos.

Otra situación que no es muy útil aunque debería por su importancia en el manejo es la poca movilidad de los retrovisores que nos obligan a agacharnos demasiado para ver detrás de nosotros.

En la carretera la situación es otra ya que su enfriamiento por líquido y aire funcionan de maravilla no en vano tiene esas dos tomas gigantes de aire al frente. Como sabemos en la mayoría de motos el tanque de gasolina va en la parte superior, pero en las Buell el combustible va a parar  en las partes bajas y laterales del chasis con lo que el peso se encuentra en la parte inferior mejorando así el manejo.

Esto se siente desde las primeras curvas y retomando eso de “manejar con la mirada”, la moto apunta hacia donde veamos el movimiento de brazos y cuerpo se vuelve intuitivo, sin tener mucho conocimiento en motos de pista, la 1125CR nos “invita” a inclinarnos y poco a poco el movimiento natural nos llevará muy cerca del piso sin sentir inseguridad alguna.

Si bien es importante sentir la fuerza de aceleración y la respuesta del acelerador cuando lo necesitamos, es fundamental también el tener la confianza de frenado. El disco perimetral constituye algo totalmente distinto a los tradicionales dobles discos flotantes que van al centro de la rueda, que a la larga con las inercias que se logran pueden perder su tacto uniforme con la balata.
En el caso de Buell el disco es casi de la misma circunferencia del rin y va anclado al mismo, lo que sirve de entrada a evitar la torsión y a mayor tamaño es más rápida la dispersión del calor; bueno lo anterior es lo que dice la marca. Y en la práctica resulta ser cierto, la capacidad de freno es óptima incluso en manejo deportivo y la sensación de fatiga en los mismos no se percibe tanto.

Al aplicar el freno de manera firme la unidad no pierde la vertical pero recordemos que al final son medios mecánicos y cuando bloqueamos a mucha velocidad es casi segura una caída en cualquier moto a menos que equipe sistema ABS. El control para detener los 1125 cc es apto en todo momento.

El bloque de los instrumentos de medición contamos con un equipo muy completo que van desde la altura ambiental y la del refrigerante hasta los kilómetros faltantes para el siguiente servicio. Es predominante el contador de revoluciones análogo con el medidor de velocidad digital. Por supuesto  encontramos el testigo para el tanque de gasolina el cual cabe destacar que es de 20 litros por lo que nos da una autonomía más que aceptable.

La conclusión

Si a usted le gusta el estilo extrovertido de las motos chopper pero no le gusta su manejo, y las deportivas siempre le han llamado la atención por su respuesta y sonido pero quiere algo más llamativo y que combine esos dos mundos la Buell 1125 CR es la opción indicada.

Comentarios: ricardo@autocosmos.com